Te las encuentras en cualquier lugar del mundo. Sitios bellos, curiosos, interesantes o únicos. Desde un misil balístico destrozado hace unas horas, las famosas escaleras de una iglesia o un puente milenario cargado de historia y personajes. Te acostumbras.
Las bodas están en el primer escalón de importancia. Los vestidos y trajes son la marca distintiva de esas actividades. Hay gente amable y simpática que no les importa que les inmortalices y luego los perros de presa que cuando ven que les estás fotografiando te vienen casi gritando para que pares aduciendo que tú no estás invitado a la fiesta. Tienes que aprender a defenderte y hay varias palabras mágicas para ser usadas en ese contexto. Una es que ellos están en un lugar público. Otra que son fotos para uso privado y no comercial. Si insisten, les digo que se busquen un lugar privado o que pidan los permisos pertinentes para cerrar el lugar. Suele funcionar.
No me gusta porque altera tu ánimo y necesitas unos minutos para seguir disfrutando.
Solo he borrado unas fotos por la seguridad de las personas implicadas: el personal de protección en la entrada de una sinagoga. En otra ocasión se nos pidió que borráramos unas fotos si no estábamos dispuestos a que antes de publicarlas, pasaran por el filtro del equipo de la cantante. Es decir, lisa y llanamente a censurarlas. Me negué. Nunca he publicado esas fotos. Me niego a darle siquiera una brizna de publicidad a esa artista. Ella y su equipo tienen que entender que no tienen ningún derecho a destruir mi trabajo o mi creatividad tal y como se realizaron las fotos. Es mío y solo mío.
Si te gusta hacer fotos en la calle es imposible escapar a estas situaciones. En algún momento surgirá el problema y es bueno afrontarlo de forma positiva, con una sonrisa si es posible, con amabilidad y cortesía. Hay gente que te dice que no les hagas fotos, otros se giran y algunos se tapan la cara. Algunos refunfuñan o directamente gruñen. En general les respeto. Aplico aquello de que no hagas lo que no te gusta que te hagan.
Sobre todo busco encuadres donde sus caras no sean lo importante como en esta foto. En esta imagen sus manos, dedos y uñas eran un precioso punto de interés. Hay varias y está, en la que se muestran los anillos, la pulsera y el reloj me encantó por la simetría y ese vestido burbujeante de volantes que lo enmarca
Ⓒ Ricardo de la Casa Pérez – 3 de octubre de 2024
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